miércoles, 30 de abril de 2014

Rambo se cansó de ser un Gentleman

En Amsterdam hay personas que usan el baño de mujer y son demasiado Rambo para estar ahí dentro. Me dirigía al lavabo, cuando de repente me quedé pasmada al ver ese pedazo de cuerpo, con su cabello de 10 centímetros decorado con rizos indefinidos miembros de algún sindicato en contra de los peines, no había rastro de pendientes y lo que es peor, tampoco de cicatriz como cuando las canis se arrepienten de serlo y deciden abandonar sus piercings, su anorak no debería haber sido usado más que para un día de frío en casa, encima del pijama y con hambrientos calcetines de esos que se comen el bajo del pantalón para que no penetre ni una brisita de frío en los pies. Sus zapatos seguro que eran miembros del club de senderismo Tirapalante o los recomendados por un técnico de prevención de riesgos laborales con las punteras reforzadas para evitar cualquier daño en la zona... No me importa su sexo, pero al salir y ver el cartel del baño masculino me di cuenta por qué no podía entrar ahí por muy "hombre" que fuera, LOS "GENTLEMEN" YA NO EXISTEN. 

Hace poco escuché a una mujer reflexionar sobre esto, decía que ya no quedaban "Yentelman" de los que te ofrecían la chaqueta cuando tenías frío, de los que te abren la puerta del coche y con una sonrisa mirándote a los ojos te están diciendo que tu eres lo primero, de esos que cuando son así las que no somos "ingenuas" no nos los creemos. Una pena que los estemos matando a todos.


Ayer pasé unas horas en esta ciudad, otras tantas en las nubes y aquella mujer se me quedó grabada hasta hacerme llegar a esta conclusión. ¿No creéis que los hemos matado a todos? Hay hombres, muchachos, niños...buenos, hasta que entienden que el que triunfa es el chulo, al que se le aplaude es el golfo y al que se le perdona es el más cabrón. Pero, hombres del mundo, no cambiéis por un rechazo o desengaño, porque aunque haya personas que desconfíen de los Gentleman, el fondo es lo que cuenta y los chulos pasan de moda.



Este es mi nuevo bolso de Michael Kors, un regalo que llegó con retraso y pienso pegármelo con superglue al brazo hasta octubre por lo menos. Las manoletinas son de Mango. 

Aquí pasé unas horas sentada, después de vagar pensativa por las tiendas del aeropuerto, sin maquillar, casi con cara de ilegal, sin serum en las puntas y tras caer en la tentación de comprarme un pintalabios pensando en la boda de mi amiga Xú. 

Sí, me va genial el rosa para este día 😊 y mi vestido va a salir de las manos de Ernesto Sillero, ayer hizo un reportaje para telecinco y cuatro que estoy deseando ver, OLÉ los diseñadores de Lebrija!


Durante el tiempo que estuve en ese sillón de Starbucks, empecé a leer "Una tienda en París", me ha llevado mucho tiempo conseguir este libro, porque cada vez que iba a España estaba agotado. Que grande es Máxim Huerta, casi me bebo el libro en vez del café, me queda un poquito pero no quiero que se acabe tan pronto. Hice esta foto de la dedicatoria del libro que dice: "Para ti, que siempre quisiste volar", y se la envié a mi madre, ella siempre quiso y quiere volar, sobre todo a París. 



Ya estoy en mi casa griega, me he levantado pensado "Se puede ser más feliz que ayer aunque eches de menos a muchas más personas", parece imposible pero se puede.
No es un Gentleman, ni un ángel, pero tampoco un cabrón. 😘


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